ENRIQUE GROOSCORS, hijo (1921-1986)
A propósito de haberse cumplido en 2021, el centenario del nacimiento de
Enrique Grooscors hijo, es mi intención referirme a este notable caraqueño que
arribó junto con sus padres a Valencia, cuando aún era un niño, según lo relata
el escritor valenciano Felipe Herrera Vial, en sus palabras incluidas
en la obra de Grooscors “Evocación, realidad y sueño de la patria chica”, en su
segunda edición en 1991 y que se publicó por primera vez, en 1965. Herrera Vial nos recuerda que Grooscors nació
en la capital de la República, el 23 de julio de 1921; fueron sus padres
Enrique Grooscors y María Páez de Grooscors. Tuvo dos hermanos: María Matilde y
Wladimiro, quien falleciera muy joven. Estudió la Primaria en el Colegio Don
Bosco y el Bachillerato en el Liceo Pedro Gual. En 1940 integró un grupo
literario junto con sus fundadores: Braulio Salazar y Pedro Francisco Lizardo.
También formaban parte de ese grupo, Luis Guevara, Alfonso Marín (quien fuera
Cronista de Valencia, en el lapso 1967-1989), Rafael Ramón Aguiar y mi padre,
Miguel Colombet.
Destaca Herrera Vial que entre las
obras más sobresalientes de Enrique Grooscors, se hallan: “Galería del querer y
del hastío” (1940), “Aportes para un ensayo del pensamiento carabobeño” (1951),
“Poetas y prosadores de Carabobo”, en colaboración con Luis Guerra (1965), “Evocación,
realidad y sueño de la patria chica” (1965), “A la sombra del maestro” (1965), “Pasión
y acontecer de la instrucción en Carabobo” (1968), “Miguel Peña, grandeza y
sombras de una voluntad creadora” (1969). También escribió obras de teatro como
“Adán”, “La tierra es Dios y silencio”; y sus crónicas publicadas en el diario
de Eladio Alemán Sucre, El Carabobeño.
Entre
los intelectuales que ensalzaron la actividad literaria de Grooscors, se
encuentran Rufino Blanco Fombona quien escribe: “En sus páginas, Grooscors se delata como un fuerte prosador lleno de
felices aciertos de expresión”, mientras que Enrique Bernardo Núñez, primer Cronista de
Caracas, se refiere a Grooscors de esta forma: “Enrique Grooscors hijo, es en esencia y quehacer eso y solo eso:
escritor”. El escritor y periodista, Luis Augusto Núñez en tanto, describe a Grooscors como: “Escritor, poeta, periodista, ensayista, biógrafo,
autor teatral, cronista de vigoroso y personal estilo; todo esto lo reúne la
personalidad de Enrique Grooscors hijo, uno de nuestros intelectuales más
fibrosos, más honrados, y más auténticos”.
Grooscors
residió en La Pastora, en una casa de la avenida Anzoátegui, enfrente del
parque Carlos Sanda, y por cuya calle quien escribe, solía pasar al principio
montado en el autobús del transporte público, que tenía esa ruta que bajaba al
centro de Valencia; y con el tiempo, en mi vehículo. En esa casa de La Pastora,
vivió Grooscors hasta el final de su existencia, acompañado del cariño y
atención de su hermana, la recordada educadora María Matilde. Un accidente de
tránsito sufrido en 1967, lo recluyó por muchos años en su residencia pastoreña
sin embargo, ese percance no le impidió su incesante y fecunda labor literaria,
hasta su fallecimiento, el 1 de febrero de 1986.
Amó
profundamente a Valencia, cuando afirmaba que “…las noches valencianas fueron madres de poetas soñadores y de troveros
idólatras y cultivantes del amor…”. Más adelante, al referirse al arte y en
especial, al Teatro Municipal de la ciudad, manifiestaba: “Valencia siempre ha sido admiradora y cultivadora de todo lo que
implique arte o motivación de arte. Todo lo que sea belleza ha tenido en la
ciudad acogida y entrañable amor”
Felipe
Herrera Vial, dijo en 1991: “Estamos
Enriquito, en deuda contigo, por tu noble espíritu y alma de escritor fidedigno
en nuestra tierra, tu amorosa tierra valenciana”. Han trascurrido más de
tres décadas de esas palabras del ya fallecido Herrera Vial, y todavía se
espera el cumplimiento de la deuda que con Grooscors tienen Valencia y Carabobo, y sus instituciones
oficiales regionales y municipales, con el fin de rendirle un merecido homenaje
en el centenario de su natalicio, a quien amó con fervor, a la ciudad y a su
gente. Uno de los mejores homenajes, sería la reedición de toda su obra
literaria.
Christian
Colombet, sábado, 18 de junio de 2022